Un compañero mío de trabajo que vive en los EEUU me contó la siguiente historia:
Hace unos cuantos meses se cayó esquiando y se dio un golpe en el hombro, por lo que fue al médico y le explicó lo que le había ocurrido. Este le dio un volante y lo derivó al traumatólogo. El traumatólogo ni siquiera le preguntó qué le había pasado; por lo visto entendió la situación tras leer el volante del médico de cabecera. No obstante, preguntó por el seguro médico
de mi compañero y rellenó otro formulario con todos los datos del seguro y de la póliza, y sin decir nada sobre el hombro de mi compañero, lo mandó a hacerse una radiografía. Después, otro especialista le recetó algo para calmar el dolor y lo mandó a casa. Pasados unos cuantos días mi compañero tuvo que acudir de nuevo a realizarse otra radiografía. Fue. Otra vez contestó a las preguntas del seguro médico y la póliza, se hizo la radiografía y recibió otra receta para calmar el dolor. Nadie, excepto el médico de cabecera, le preguntó qué tal estaba su hombro y si mejoraba, pero todos los formularios fueron impecablemente rellenados. Y el hombro le seguía doliendo igual que el primer día…
¿Qué conclusión sacamos de esta historia?
El proceso estaba bien definido porque los médicos conocían los pasos y la documentación que se tenía que crear en cada paso. Si hiciéramos una auditoría de calidad, es decir si aplicáramos la práctica genérica GP2.9 Objectively Evaluate Adherence de “CMMI para traumatología”, probablemente habríamos encontrado que el proceso funcionaba bien, con toda la documentación en orden y sin ninguna no-conformidad.
Sin embargo el hombro de mi compañero todavía no estaba curado, es decir que el proceso no estaba dando el resultado esperado de su ejecución. GP 2.8 Monitor and Control the Process de “CMMI para traumatología” debería ocuparse de comprobar si los resultados del proceso cumplían los objetivos del mismo.
Volviendo al mundo del desarrollo de software y CMMI-DEV, GP2.8 y GP2.9 son dos prácticas complementarias. No podemos esperar que las auditorías de calidad, GP2.9, identifiquen todas las debilidades en los procesos. Hay que monitorizar el rendimiento de los procesos a través de la práctica GP2.8 y analizar los resultados de la aplicación de las dos prácticas para llegar a conclusiones correctas.
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